Un estudio del Centro Cardiovascular de la Universidad de Michigan señala que los malos hábitos de salud son los que alimentan la tendencia de la obesidad infantil.
Michigan, Estados Unidos. La obesidad infantil es un problema que suele vincularse con la genética, como si algunos chicos estuvieran programados genéticamente para tener exceso de peso. Según un estudio realizado en la ciudad de Michigan sobre 1.300 alumnos de sexto grado, el estilo de vida está más vinculado con la obesidad infantil que la herencia genética. Los datos observados por el equipo que realizó el estudio arrojaban que el 58% de los niños obesos había mirado televisión durante dos horas en el día anterior, comparado con el 41% de los niños no obesos. El 45% de los estudiantes obesos siempre come el almuerzo escolar pero sólo el 34% de los estudiantes no obesos come el almuerzo que ofrece la escuela. También quedó claro que el porcentaje de los niños obesos que hacen ejercicio regularmente, toman clases de educación física o son miembros de un equipo deportivo es menor que el de los niños no obesos. Estos datos indicarían que un estilo de vida más sano ayuda enormemente a reducir la obesidad infantil. “En el caso del niño que tiene un enorme exceso de peso, podría considerarse un examen genético”, dijo Kim Eagle, cardiólogo, director del Centro Cardiovascular de la UM y principal autor del estudio, “para el resto, el incremento de la actividad física, la reducción del tiempo de entretenimiento delante de una pantalla y una mejoría en el valor nutritivo de los almuerzos escolares son una gran promesa para revertir las tendencias actuales de la obesidad infantil”.
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